Todavía permanece intacto en mi memoria el día en que tras ponerse en contacto conmigo para mostrar su interés por entrar en el equipo, quedamos en un bar para conocernos y entregarle la equipación, además de ponerle al corriente del funcionamiento de todo lo referente al club. Después de dicha reunión mi comentario tras llegar a casa fue "¿pero que hemos fichado?" Jamás estuve tan equivocado respecto a alguien.
Con su llegada el vestuario cambió radicalmente. Siempre alegre y bromista poco tiempo le llevó ganarse a todos los miembros del equipo. Capaz de arrancar una sonrisa hasta en los momentos más difíciles.
Como jugador fue el modelo que siempre quise para los jugadores del C.d.A. Orgullo, bravura, sentimiento a un escudo y compañerismo. Capaz de sacrificarse en beneficio del equipo no dudaba en negarse a jugar si el marcador o el momento del partido no lo aconsejaba, algo al alcance de muy pocos. Cuando saltaba al campo lo daba todo partiéndose la cara con el más grande.
Como persona es una de las mejores que he conocido y me siento muy orgulloso de tenerlo como amigo. Siempre me apoyó en los malos momentos deportivos donde siempre fuimos cómplices en la celebración de un gol, siempre lo buscaba para compartir esos momentos de felicidad.
Por motivos laborales nos deja y con él se marcha un gran pedazo del C.d.A. que nunca volverá a ser lo mismo sin él. Todos lo echaremos mucho de menos, yo especialmente. Siempre habrá un sitio para él en este equipo y por siempre será parte de la gran familia que es el C.d.A., donde ya pasa a engrosar esa lista de jugadores míticos de este club por siempre jamás.
El “Trasgu”, nuestro trasgu, nos deja y nada más queda desearle todo lo mejor del mundo a él y a su familia y decirle que siempre estaremos aquí para cuando nos necesite.
Hasta pronto amigu.
PUXA ANGEL Y PUXA EL C.d.A.!!
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